Este viernes pasado pude probar la aventura de las zanahorias del gigante Gurriato con adultos. La primer partida la había jugado con mis hijos, así que el público cambiaba bastante. Como es una aventura de toque infantil, lo suyo era intentar no hacerla tan infantil para los mayores.
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Y como pensé que me podían acabar troleando, se me ocurrió que podíamos jugar una aventura con trolls en lugar de duendes, como los de la película Trolls. El malo, en lugar de un gigante, sería un bergen (aunque todo el rato le llamé grendel, como el de Beowulf, porque no me acordaba del nombre exacto 😅) y, el espacio temporal, justo durante la primera película (después de la huída inicial pero antes del fin de la misma).
Los padres con hijos ya más mayores ya nos conocíamos la ambientación al dedillo. Solo nos faltó animarnos a cantar.