Mi primera partida de rol con mis hijos (y otros) usando roll20

Siempre que he jugado al rol online con niños (no demasiadas partidas, cuatro o cinco), ha sido sin usar roll20. Pero ahora me veía en la necesidad de usarlo por primera vez con mi amigo Jarant.

¿Conseguiríamos que todo saliese bien? ¿Podríamos aprender algo de la experiencia? ¡Eso espero! Y aquí lo vamos a ver.

¡Ojo! Esta ha sido nuestra propia experiencia, jugando con nuestros hijos, en su primera partida online con roll20. Puede que a alguien más le pueda resultar útil y puede que no, pero no vayamos a extrapolar esta experiencia única a todas las partidas con niños. Es nuestro propio aprendizaje en nuestro propio entorno (des)controlado.

Que digo yo, que también podría recurrir más a la experiencia de Ignacio Seijo y sus partidacas de rol online con niños en BaM!. No estaría mal que hiciese un artículo propio para ver cómo se lo monta él, ¿verdad? (guiño guiño).

Contando el contexto

Mis dos pequeños goblins, ahora con siete años, ya han jugado al rol varias veces con los hijos de mi amigo Jarant, de diez y ocho. No es que hayan jugado muchas los cuatro a la vez, pero comenzaron en esto del rol juntos, cuando los tres más pequeños tenían cuatro (saqué mis conclusiones en este artículo en Nación Rolera). Y hace ya unos meses, para estrenar el estreno de 8 tesoros de GdM, quisimos probar Jarant y yo a juntarles de nuevo en una partida, pero esta vez online, por lo de la COVID, ya sabéis, con la aventura del hongo chillón. Partida en la que también participaron los tapones de Refuerzo Divertido y Rolero de Hamelín.

Pero yo no quería jugar con Roll20. Algún mes antes ya habían jugado online mis dos goblins con su prima mayor, a Magissa, así que la idea era la misma: Conectarnos por el Meet de Google con dos cuentas, una para que ella nos viese la cara a los tres y otra para enfocar, con el móvil, a la mesa de juego, con el típico tablero cuadriculado artesanal. No nos olvidemos de tener el móvil cargado (o cargando), ¡que una partida así se zampa bien la batería! A mí nunca se me ha llegado a apagar, pero por poco. Las fichas, impresas en papel y cada uno tirando los dados en su casa (hay que confiar en el otro extremo o, si no, hacer nosotros las tiradas por los demás, pero eso no mola tanto).

¿Y por qué no quería usar Roll20? Porque no quería que la tecnología fuese un obstáculo para todos: Para ellos, porque a lo mejor era un lío tener que explicarles como manejar las cosas; y para mí, porque tenía que dirigir y estar a la vez con dos niños.

Y las partidas han ido saliendo muy bien. Como realmente no jugábamos con minis moviéndola por cuadrícula, sino por zonas (cuando hay mapas, los dibujaba en la cuadrícula y luego les coloco sus minis -playmobils o superthings- en la zona en la que quieran ponerse), nunca nos hemos encontrado ningún problema tecnológico grave. Al menos no durante la partida, porque al inicio siempre hay problemas: que si no te oigo; que si no te veo; que si ahora sí que te veo, sigues igual de feo que siempre... Ya sabéis, hay que contar con 15-30 minutos siempre antes de cada partida para evitar esos problemas.

Como siempre, en las partidas de rol con niños, una de las condiciones que considero indispensable para mí es que cada niño (o cada grupo de familiares) esté acompañado por un adulto (aparte del máster), si es que es demasiado pequeño o no lo suficientemente maduro como para aguantar una partida de rol. Así, los adultos pueden ayudarles durante la partida y controlarles si hace falta, pues seguramente el máster no sea un monitor de tiempo libre sino un simple padre que quiere entretener a sus hijos y a los de otros y puede que no sepa gestionar a un grupo numeroso de niños entusiastas. Y eso es aún más complicado online, donde encima el niño pueda necesitar ayuda técnica. Como siempre, cada caso es un mundo (másters con muy buena mano, niños pequeños muy maduros, niños mayores menos maduros, familiaridad entre el máster y los niños que juegan la partida...). Y, que esto quede en secreto entre nosotros, en nuestro caso, yo creo que a Jarant le apetece estar en la partida no tanto por ayudarme con sus hijos sino porque le encantaría jugarla tanto o más que a ellos.

Surge la oportunidad de usar roll20

Y hete ahí que un día tuve la maravillosa suerte de poder jugar una partida de prueba de Leira Tusky para Científicos, el juego de rol (¡he sido betatester! Eso tiene que dar puntos de carné rolero que otorga la comunidad rolera para llegar a ser élite rolera, ¿no?).

Después de la partida, nos dijo que, si queríamos, podíamos probarla por nuestra parte y así le dábamos feedback. Así que aproveché, haciendo de proxy rolero, y les preparé esa partida a mis goblins y a los de Jarant, que se apuntaron sin dudar.

Al principio pensé en jugarla como siempre, Meet, mapas en una hoja cuadriculada, etc. Pero en esta ocasión había algo diferente: Para poder introducirles en la ambientación a los niños, íbamos a necesitar poner muchas imágenes: Localizaciones, personajes, todas esas cosas. Se podría hacer compartiendo pantalla, pero bueno, también era una excusa para probar Roll20.

Lo usaríamos principalmente para tres cosas: para vernos las caras con el vídeo (como jugamos con portátil, con una única pantalla, evitamos tener que estar alternando entre el Meet y el Roll20); para enseñar imágenes y mapas; y para mover a los PJs y PNJs en cada zona (no jugaríamos con cuadrícula, pero sí con mapas). En medio de la aventura decidimos usar también los dados interactivos (para que se vean en el propio mapa cuando se lanzan), algo que inicialmente yo no tenía pensado, y de lo que podremos sacar una conclusión específica más adelante.

Configuración para activar la tirada de dados en pantalla

 

Las fichas las usaríamos en papel, por tres motivos: No hay ficha de Científicos en Roll20 y habría que usar la ficha por defecto, lo que es un incordio, la verdad; aunque hubiese una ficha diseñada para este juego, a mí me da a impresión de que puede ser más difícil para manejar para ellos, tener que estar abriendo y cerrando la ficha para ver características... y más si encima tienes a dos niños en cada ordenador (si fuese un juego con una ficha más complicada, podría resultar interesante por automatizar las tiradas, pero no era el caso); y porque así, los que juegan online, tienen su propia ficha en casa (que, al ser niños, lo mismo les hace más ilusión).

Para la partida, usé dos ordenadores, uno con sesión de máster y el otro, para mis hijos, con sesión de jugador (común para los dos). Pero estábamos los tres en la misma mesa, alineados, con los dos ordenadores pegados (con el del máster un poco girado, para que no viesen las cosas con demasiada facilidad). Así podría ayudarles a controlar sus opciones.

 

Estuve pensando en usar la tablet, pero no me gustaron los resultados obtenidos (no me simulaba el botón derecho, que es muy importante para obtener los menús desplegables, no sé si lo haría mal o es que está limitado, tengo que investigar más).

 

Con esta solución tenemos la limitación de necesitar dos ordenadores, lo que es todo un fastidio. Si solo se dispone de uno, se podría conseguir con dos sesiones de Roll20 iniciadas en dos navegadores distintos, teniendo siempre la sesión de jugador en primer plano, excepto cuando se quiera mostrar alguna imagen. En ese momento, se pasaría a la sesión de máster, con los niños mirando hacia otro lado. Un poco lío, ¿no?

Supongo que también se podría usar un monitor externo y extender la pantalla del portátil. Los niños no podrían mover nada, pero podrían ir indicando que hacen y el máster movería los objetos según correspondiese, pero aquí a lo mejor habría un problema para gestionar la cámara web y poder ver a los tres a la vez.

Aprendizaje obtenido

¿Y qué cosas aprendimos de esta experiencia?

Antes de nada, como decía al inicio, es una experiencia propia de una primera vez en un entorno... digamos que conocido y controlado (nuestros hijos). Así que no es algo que se pueda aplicar a todos lados, ¡ni locos!

La primera conclusión que pudimos extraer, es que teníamos que haber dedicado un tiempo previo a contarles a los peques cómo funciona roll20. No porque lo tengan que usar ellos y no vayan a saber (que también, aunque ahí contarían con nuestra ayuda), sino porque como es un descubrimiento nuevo para ellos, y encima tecnológico, les dan ganas de toquetear absolutamente todo. Si antes de la partida les hubiésemos enseñado como era la herramienta, creando una partida de prueba, no solo habrían aprendido a utilizar las herramientas básicas sino que encima se habrían quitado un poco el mono de descubrir cosas nuevas con el ordenador. Ay, las pantallitas... Yo tuve que lidiar con mis goblins, restaurando la pantalla varias veces, recolocando continuamente los tokens (porque se dedican a moverlos sin criterio, claro), incluso teniendo que cerrar el navegador web y volverlo a abrir porque cambiaron el zoom y luego no había manera de poner la pantalla de nuevo en condiciones.

La segunda conclusión, decidir previamente a la partida qué herramientas se van a usar. Esto afecta también a la primera conclusión, y me refiero exclusivamente al hecho de usar los dados de Roll20 o tirar en mesa. Yo pensaba usar los dados en mesa, como siempre, pero un comentario de Jarant me hizo pensar que para ellos sería más entretenido usar los dados virtuales (y visuales) de Roll20. Mal momento para tomar esa decisión. Mis goblins se dedicaron durante un buen rato a tirar dados en pantalla, porque era muy divertido, y eso les comienza a distraer.

La tercera coclusión, y esto realmente es para todas las partidas online, es intentar tener las cosas básicas configuradas antes de la partida. A todos nos mata un poco tener que estar añadiendo tokens nuevos mientras se está jugando, asignarlos a los jugadores, dar permisos. Si está hecho previamente, no corta tanto el rollo. Porque, si juegas con niños, encima ellos pierden la paciencia. Por suerte para nosotros, esto ya lo teníamos medianamente hecho y realmente no nos afectó. Algo teníamos que saber por viejos. Pero es importante que los jugadores hayan creado ya su cuenta y hayan accedido a la partida previamente (algún día antes de la partida), para que asi el máster ya les pueda asignar sus fichas de personaje (aunque estén vacías) y sus tokens medio configurados (aunque solo sea el nombre del jugador en cada personaje y un token en pantalla).

La cuarta conclusión, que ser máster y ayudar a tus hijos en otro ordenador puede ser estresante. Porque encima no es que cada uno tengamos solo un niño jugando, es que tenemos dos por cabeza. Así que tienes que evitar no solo que toqueteen demasiado la pantalla, sino que encima se peleen entre ellos por toquetear más que el otro. Sí, está claro que se les pueden quitar permisos para que no muevan sus tokens y no hagan barrabasadas, pero ya que estás introduciendo roll20 en la partida, lo suyo es que ellos tengan esa capacidad de acción y decisión y tú les enseñes a hacerlo bien. Solución: Paciencia (algo de lo que muchos mayores carecemos :( ) o tener ayuda externa (otra persona que juegue con ellos mientras tú diriges).

La quinta conclusión, que realmente afecta a las partidas online con varios niños en el mismo ordenador, es que puede ser importante la posición que ocupe cada uno delante del ordenador. En el caso de Jarant, al estar él en un extremo para poder manera el portátil sin que se le viese en pantalla, uno de los pequeños estaba en el centro (el más activo y hablador) y el otro (el más callado), se quedó en un lateral, más alejado de la pantalla. ¿Qué ocurrió? Que en ocasiones el más activo se llegó a "comer" las intervenciones del otro, por el simple hecho de meter ruido (no que se pusiese a gritar, que se portó genial, sino que al ser más hablador y con un tono de voz mayor, ocultaba aún más la participación del segundo jugador). Eso en parte se soluciona respetando siempre los turnos de palabra (indicándole que deje hablar a su hermano) y preocupándose en prestar atención a todos los jugadores, pero eso es algo común de todas las partidas, sean con niños o con mayores, en mesa u online, así que no era una novedad. En este caso en particular la solución podría haber sido (o quizá no, es solo una suposición) darle una posición más preferente al menos activo para que su voz se oyese más, se tapase menos. A lo mejor usar un micro decente también es una opción, ojo, pero en nuestro caso jugábamos con el micro del portátil.

Editado: Addendum, 5ª bis: Se me olvidó añadir a este conclusión, que si tus hijos juegan justo a tu lado, también interfieren (y mucho) con los otros jugadores online (jugábamos con el micro y altavoces del portátil, sin cascos). Aquí la disposición da igual, pero gana muchísima importancia la necesidad de hacerles respetar los turnos de palabra.

La sexta conclusión, que hay que tener paciencia. Eso ya lo he dicho por ahí antes, ¿no? Pues más paciencia. Uno de mis goblins comenzó a hacer muchas tonterías que no tenían que ver con la partida, molestaba a su hermano, y lo tuve que expulsar un minuto para que se tranquilizara. ¿A lo mejor me tenía que haber tranquilizado yo? :´(

Y la séptima conclusión, que nos falta mucho por aprender y no nos tenemos que confiar. Llevamos mucho tiempo jugando al rol, vale; sí, ya hemos jugado bastantes con nuestros peques; y sí, ya hemos jugado con ellos online unas pocas. Pero introducir una nueva herramienta requiere todavía aprender más y no pensar que, solo porque ya la hayamos usado mucho entre los mayores, va a ser igual de fácil usarla con pequeños.

Así que, para poder tener yo en cuenta estas experiencias para las próximas partidas, no hay nada como soltar una charla como esta para leérmela en un futuro y recordar las cosas que pude aprender y que se me habrán olvidado. Memoria de pez.