Romance dedicado a todos los monstruos de debajo de la cama, que lo estarán leyendo.
Es un sábado cualquiera,
el día se termina ya,
el niño acabó la cena,
sentado está en el sofá.
“Es ya la hora de dormirse”,
le dice, al niño, mamá,
“vamos juntos de la mano,
que nos toca descansar”.