En la última aventura ya ni me dio tiempo a preparar una hoja por zona, "bien" dibujada |
Ah, y también es importante que ellos tengan tiempo para jugar y quieran en ese momento. La última partida de retrasó dos semanas porque ya estaban jugando a otra cosa.
En cualquier caso, esas partidas les encantan. Hasta ahora, eran partidas de Pequeños Detectives de Monstruos pero se nos ha ido quedando pequeño y las hemos ido haciendo más mazmorreras, dibujando salas o escenas en hojas sueltas de libreta y colocando sus muñecos en la zona en la que se encontraban, buscando algo más que monstruos y cambiando el sistema de juego para practicar las sumas. En la última partida, llegaban a un circo para buscar al lobo feroz (que andaba perdido) y tuvieron que entrar en un laberinto en el que le había encerrado el monstruo de las bromas.
El caso es que, ya hace algún tiempo, comenzaron a decir que iban ellos a preparar un juego llamado "Exploradores". Os podéis hacer idea de la ilusión que me hizo. Sabía que eso se iba a quedar en agua de borrajas, pero me encantaba el mero hecho de proponer esa iniciativa.
Pues me quedé gratamente sorprendido cuando, una mañana, les encontré haciendo dibujos en su cuaderno y, al ir a cotillear, me dijeron "no mires, que estamos preparando una partida de monstruos", que es como lo llaman ellos por PDM. ¡Qué maravillosa sorpresa! Estaban los dos concentrados, dibujando mapas e incluso preparando acertijos. Yo alucinaba pepinillos (expresión que permite imaginarse la edad que puedo tener). Hasta le pidieron a Amatxu Hobgoblin que les leyera la descripción de algunos monstruos del PDM para elegir al malo.
Se prepararon algunas zonas, como la entrada al circo |
Así que partida quedó planificada para por la tarde. ¡Incluso Amatxu Hobgoblin iba a jugar! Su segunda partida de rol, los goblins iban a tener más capacidad de convicción que yo.
Llegada la hora, tras una discusión entre los masters que estuvo a punto de dar al traste con la partida, conseguimos reconducir la situación y comenzamos a jugar.
Pero pongámonos en situación, no os vayáis a pensar que tengo a dos Mozarts del rol: dos pequeños goblins de 5 años, que están aprendiendo a leer y escribir justo ahora... aquello fue una obra de teatro improvisada entre todos. Pero fue increíble. Llamadlo amor de goblinoide padre, si queréis. Habían dibujado un circo, un laberinto (¡su primera mazmorra! La he colgado en la nevera y todo 😁), un reloj para hacer un rompecabezas... Todo plagiado de las últimas partidas, pero a su manera. Lógicamente, no habría tiradas, ese concepto aún les cuesta, sólo iban contando la historia y, entre todos (incluso ellos), elegíamos qué hacer.
No es broma, no, está en la nevera de verdad |
Llegó un momento en el que la partida se comenzó a alargar demasiado, porque no hacían más que dibujar puertas secretas por todos lados para no acabar nunca, parecía una serie de éxito con miles de episodios... Pero mezclaron imaginativamente ideas de otras partidas y nos entretuvimos un buen rato. Al final, rescatamos al lobo de debajo del circo (¡qué casualidad 😂!).
Para mí, fue un derroche de imaginación y de diversión en familia. Podíamos haber hecho algo así con el Story Cubes, enlazando historias con los dados, pero aquello fue más gratificante y conmovedor para un hobgoblin rolero como yo.
Y ya sólo por el hecho de verles preparar cosas para la partida (lo que les permite aprender que muchas tareas requieren su trabajo previo para poder ser disfrutadas), mereció la pena aquel día.
Eso sí, les tengo que enseñar que a Papá Hobgoblin siempre hay que darle puntos de experiencia... Muchos.
Por cierto, ésta es la primera partida de rol que juego este año 😁.
Maravilloso trabajo el de esas criaturas y del padre inspirador, sin dejar de lado la labor de Amatxu, claro!
ResponderEliminarPor cierto,Jajajjajajjaja, me acabo de dar cuenta de que dirijo como un niño de 5 años 😂😂😂
¡O mis goblins dirigen como la mega Máster Escolar! Estilo narrativo total.
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