Llega un momento en el que todo friki siente la necesidad de dar a conocer a todo el mundo su vasto conocimiento friki y todas las cosas interesantes que puede contar. Y va y se crea un blog.
No os preocupéis, yo no soy de esos. Yo no tengo cosas interesantes que contar y mi conocimiento friki es más basto que vasto. Soy un frikignorante de tomo y lomo. Pero voy a hacer un blog igualmente.
Porque oye, la verdad es que a uno se le pasan un mogollón de tonterías por la cabeza que luego no tiene con quien compartir en el día a día, con la vida del friki adulto, casado y con hijos pequeños, con un trabajo que consume sus horas (y complementa con un blog profesional que también consume sus horas). Al final el único tiempo libre es aquel que le robas a las horas de sueño.
Lo importante de tener un blog con el nombre de "Incultura Friki" es que no tratas de engañar a nadie. Pero si algo he aprendido con el otro blog, es que la mejor manera de aprender cosas y estar al día es exigirte. Y con blog se puede conseguir, hasta que te cansas y dejas de actualizarlo
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¿Pero qué tipo de friki soy? Porque eso es un ámbito muy amplio: Cómics, novelas, juegos de consola, ordenadores, juegos de rol, wargames y minis, juegos de mesa, de cartas... en general, todo friki toca muchos palos pero se especializa en uno. En mi caso, son los juegos de rol. O eran, porque ya apenas puedo jugar 3 o 4 partidas al año, si hay suerte. Tanto por la falta de tiempo como porque suelo ser el master pringado (me mola eso de dirigir, que no masterear) y cada vez me cuesta más escribir aventuras.
¡Pero eso va a cambiar!
Bueno, venga, seamos realistas, no va a cambiar. Pero al menos podré dedicar el blog a poner las chorradas que se me ocurran. Ni novedades, ni nadas, chorradas frikis roleras.
Así que, como resumen, no os recomiendo seguid este blog. Yo, al menos, no lo haría. Pero lo voy a iniciar igualmente, para desahogar mi alma friki.
