¿Pero en qué
consiste una partida de un juego de rol? En contar un cuento entre varios. Como si fuese una
obra de teatro, cada uno interpretará un papel (un rol), normalmente un único
papel. Y todos colaborarán para desarrollar una aventura,
donde lo importante no es ganar, sino conseguir una buena historia. Claro, que si tu personaje, como extra, sale triunfante, sube de nivel y consigue tesoros, ¡eso también mola!
De entre todos esos jugadores, uno tiene que pringar y hacer de maestro de ceremonias, el director de la obra
de teatro. Se le puede llamar Director de Juego (DJ), Dungeon Master (DM),
Máster, Guardián… depende del juego. Él contará la historia y los jugadores,
que no se la saben, irán interpretando su papel, improvisando, añadiendo su
granito de arena, contando lo que quieren hacer dentro de esa historia.
Durante la historia, puede que los personajes (los roles) se enfrenten a acciones que podrían tener o no éxito: Subirse a
un muro alto, empujar al enemigo para derribarlo, moverse en sigilo por detrás de los vigilantes del palacio. Para resolver esas situaciones, se usarán los dados, el
elemento de azar que hará que no todo lo que se diga sea posible, y que una
acción de un jugador pueda ser un gran éxito o irse al traste.
En resumen, en
una partida de rol, el DJ cuenta, los
jugadores interactúan y los dados deciden.